24 de septiembre de 2012

Motivos para correr: La Envidia.

Correr, correr y correr. Pero, correr ¿porquè? ¿Qué es lo que nos impulsa a querer ir más rápido o recorrer más distancia? Empiezo aquí una serie de post explicando esos motivos. Hoy, la envidia como motivo fundamental.

La wikipedia define la envidia como "aquel sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro".

Pues bien, ese es mi caso. Y de ello me di cuenta el otro día. Os lo explico.

Una de las satisfacciones que me da el correr es el estado mental en el que entras. Pensamientos incoherentes, hilarantes, casi absurdos, sobrevienen a cada metro que se recorre. La profundidad de los mismos llega cuando, tras unos pocos kilómetros en las piernas, la absurdidad da lugar a la claridad. 

Yo, para llegar a esa absurdidad, a esa iluminación, necesito haber recorrido muchos metros o unos pocos menos pero a muy alto ritmo. De tal forma que el ritmo cardíaco acelerado o la falta de oxígeno hagan que mi mente "funcione" de otro modo.

El otro día, no es que lo descubriese, pero contrasté que hay mucha gente que no necesita correr para llegar a ese estado mental de absurdo. Y lo envidio, porque para llegar ahí yo tengo que correr y sudar. A esa gente es como si el oxigeno no le llegase en ningún momento a las neuronas y tienen una percepción simple, clara y diferente de lo que es mi realidad, mi día a día. Lo ejemplifico.

La semana pasada mordieron a mi perro. A continuación represento una conversación típica de las que tuve con 10, 12 o 15 personas que me preguntaban (cuando veían al perro en el calle con el abdomen rapado, los correspondientes puntos y respectivos drenajes y su campana en la cabeza para impedir que se hiciera él mismo un desastre) qué le había pasado al perro.

- Ayyyy, ¿qué le ha pasado al perro? Pobrecito....
- Lo han mordido.
- ¿Otro perro?
- Si...

¿¿¿¿OTRO PERRO???? "¿Qué pregunta es esa?", pensaba yo para mi mismo....
Cuando te lo preguntan una vez piensas que a esa persona el riego sanguíneo quizás le vaya más lento de lo recomendable medicamente hablando. Pero cuando te lo preguntan diez veces...has de empezar a pensar o sospechar que quizás eres tú el que no tiene la velocidad adecuada...

A mi, jamás de la vida se me habría ocurrido pensar que, en plena ciudad, a mi perro lo podía haber mordido una hormiga muy enfurecida que le saltara al abdomen y le hiciera tres incisos. O una avispa zumbada. O una persona muy hambrienta. O un gato muy valiente o muy loco.

Jamás de los jamases habria pensado que a mi perro le hubiera podido morder otra cosa que no fuese un perro.

Yo, para llegar a esa claridad de pensamientos que veo que tiene mucha gente, he de correr durante un rato considerable. Por eso les envidio, porque esa absurdidad la tienen intrínseca.

Yo corro para tener lo que tienen ellos en estado normal. Corro por envidia.

Corras por lo que corras, ¡Corre, Pollo, Corre!
 



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